Hermosa obra que muestra otra cara de llevar la muerte a cuestas con los efectos colaterales del cáncer.
Habría que decir tantas cosas de este libro, pero lo especial de él, es sentir que estar enfermo no es señal del fin de la vida y que la protagonista adolescente Hazel Grace Lancaster, aunque con cáncer terminal, lo demuestra en todo el transcurso de la historia, inclusive más cuando debe cargar a todas partes un tanque de oxígeno para que respire por ella.
Encontrarse con el amor verdadero después de que Hazel había pensado que no lo alcanzaría, es motivo para pensar en un futuro donde puedas cumplir tus más ansiados sueños y de alguna forma, lograr la realización personal.
Un final esperado pero que aún no crees que haya podido ser así e incluso piensas lo injusto que puede ser el universo reclamando de cualquier manera y tarde que temprano, sus creaciones.
Para leerlo, se necesita aceptar lo efímero de la vida y esperar que te "toque" bastante como para apreciar lo que tienes y entender que "no hay gloria en la enfermedad, no hay sentido para ello, no hay honor en morir de ello".
Para este año 2014 se estrenó la película protagonizada por Shailene Woodley y Ansel Elgort y es igual de maravillosa al libro.
He aquí el trailer:
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