El riesgo forma parte de la guerra. Toda batalla es una apuesta y quien no hace nada también se arriesga.
Los Siete Reinos no han estado nunca más maduros para la conquista. El Trono de Hierro lo ocupa un niño; el Norte es un caos, las tierras de los ríos están asoladas y otros rebeldes toman las tierras por capricho. Cuando llegue el invierno, el reino pasará hambre y ¿quién queda para enfrentarse a todo esto? ¿Quién gobernará al pequeño rey Tommen que gobierna los Siete Reinos? Nada menos que su codiciosa madre, Cersei Lannister, quien no se apartará del cetro para cederle el poder a cualquiera, mucho menos a Stannis Baratheon, un “rey sin trono” odiado por todo el mundo y que solo busca venganza así sea que su batalla hecha desde El Muro esté condenada al fracaso desde hace mucho tiempo.
Poniente está desgarrado y sangra, las ofensas así sean verdaderas o imaginarias nunca serán olvidadas por los que quedan de las Casas nobles, donde el honor y el deber se convertirán en los nuevos dioses mientras alguna vez se pueda alcanzar la paz, siempre y cuando se elija al bando ganador. Para estos hombres el tiempo es un río y están atrapados en su corriente; se precipitan del pasado al presente, siempre en la misma dirección, entre las nieblas de la memoria y el mar de sombras, que es todo cuanto conocen de los días que vendrán.
Daenerys Targaryen, la “Madre de dragones”, sigue con su guerra por liberar las ciudades de esclavos, entre sombras, mentiras, susurros, conspiraciones y alianzas poco gratas, para convertirlos en personas fuera de los caprichos de un esclavista, pero su poder tiene un alto precio y la muerte se recrudece cada día a sus pies porque la guerra nunca es justa y toda elección conlleva riesgos y acarrea consecuencias.
Jon Nieve, ahora lord comandante de la Guardia Nocturna en el Muro, se enfrenta a un gran dilema por defender el reino mientras se acerca el invierno y los caminantes blancos, una transición entre pasar de asesinar a salvajes a protegerlos de la muerte, una decisión que sus allegados no verán con buenos ojos pero estos deberán someterse si quieren vivir.
Y en medio de todo ello, nuevos líderes se alzarán para reclamar lo que el destino y el tiempo les ha quitado, para también ser parte de este Juego de tronos, donde iniciará una nueva Danza de Dragones como en otros tiempos solo que esta vez ha de ser determinante para expulsar a los usurpadores y cobrar venganza antes de que la muerte les llegue a todos.
Y en medio de todo ello, nuevos líderes se alzarán para reclamar lo que el destino y el tiempo les ha quitado, para también ser parte de este Juego de tronos, donde iniciará una nueva Danza de Dragones como en otros tiempos solo que esta vez ha de ser determinante para expulsar a los usurpadores y cobrar venganza antes de que la muerte les llegue a todos.
Este es el destino de los hombres fuertes, de los caballeros que se forjan desde un código de honor hasta el fin de sus días, de los que escogen la luz o la oscuridad, el bien o el mal. De los que eligen a los dioses verdaderos o a los falsos para que de ellos se narren canciones de valentía o traición, mientras el tiempo pasa y la muerte llega fría y arrasadora o asfixiante y ardiente para otros que se enfrentan a poderes ocultos y peligrosos que no conocen.
“No todos los hombres están destinados a la danza de dragones”.
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